sábado, 15 de junio de 2013

Día 166 - Un paseo de dos por cuatro

Hoy me desperté cantando “Lejana tierra mía”, de Gardel y Le Pera. Teniendo en cuenta que nos espera un periodo de intenso entrenamiento, le propuse a Vicky que nos tomáramos este fin de semana para descansar y disfrutar, y que aplazáramos para el lunes el comienzo del entrenamiento. Llegó a casa después del desayuno y nos pusimos a preparar las cosas para ir a pasar el día al Tigre. En un principio, había considerado la posibilidad de pedirle a Luján que nos preparara una canasta de picnic, pero desistí, porque era evidente que no había asimilado la partida del mimo de la mejor manera y hasta creo que en algún punto me culpa a mí por todo lo sucedido.
Desde que confirmamos la pelea, Vicky está sumamente ansiosa. Se le nota. Mientras decidíamos qué llevar y qué no llevar a nuestro paseo por el Puerto de Frutos, no podía quedarse quieta.
—¿Dónde tenés la escaladora? —me preguntó— Pedile a Luján que la arme así a la vuelta la uso. No puedo estar dos días sin hacer nada.

No quería decirle que la había entregado como parte del acuerdo para que Héctor “Bicicleta” Perales aceptara la revancha y planeaba inventar una explicación para así evitar que se enojara, pero Luján se me adelantó.
—Se la llevó y no nos dijo adónde —le dijo.
—Estábamos muy apretados acá —dije yo— y, para ganar algo de espacio, la llevé a un lugar en el que le sacarán mejor provecho.
—¿Por eso mismo te llevaste al mimo? —gritó y, tapándose la cara para que no lo viéramos llorar, se fue corriendo hasta el baño.
Samuel corrió detrás de él y, golpeando la puerta, le solicitó que lo dejara ingresar, que era él y estaba solo.
—¿Qué está pasando acá, Natalio? —me preguntó Vicky— ¿Por qué te llevaste al mimo?
—No me lo llevé —le expliqué hablando entre susurros para que los otros no oyeran—, le conseguí un lugar para vivir porque no podíamos seguir viviendo tan apretados.
—¿Y por qué Luján está tan atacado?
—Porque no sabe adónde se fue.
—¿Y adónde se fue? ¿Por qué Luján no sabe?
—Porque le conseguí una habitación en el conventillo de Héctor “Bicicleta” Perales y si Luján se entera de que está ahí, lo más probable es que quiera mudarse para allá y vos y yo sabemos que ese no es un ambiente apropiado para que viva un adolescente.
—Sí —me dijo—, en eso tenés razón, pero ¿y el mimo?, ¿vos creés que va a estar bien ahí?
—Sí. Es un hombre adulto, discreto y bastante pillo. Va a saber cómo comportarse para pasarla bien.

Cuando, finalmente, Samuel consiguió que Luján saliera del baño, Vicky se acercó, lo abrazó e invitó a ambos a pasar el día junto a nosotros. Así, lo que había sido planeado como un día romántico pronto se convirtió en una competencia infantil por llamar la atención de Vicky; una competencia que espero haber ganado.

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